Hay amores imperfectos y hay amores sin más adjetivos.
Un
amor imperfecto, disfuncional, y que tiempo atrás dejó de ser válido es el que
muestra Kim Ki-Duk en Pietà. Ésta es
la historia de un hijo abandonado, privado del cariño materno y, luego,
transmutado en un brutal sicario que inflige el temor de los comerciantes de su
barrio, cual demoniaco ángel vengador. En el momento en el que todo parece
estar bajo control, aparece en la vida de Kang-Do la figura materna tiempo
atrás desaparecida, empeñada en redimir los pecados de su hijo a imagen y
semejanza de la desgarradora estatua esculpida por Michelangelo Buonarroti.
Sobra decir que el ansia materna por recuperar el amor de su hijo tropezará con
la cruda realidad de un ser amoral y, prácticamente, desprovisto de empatía
para con sus semejantes. Al final, Kim Ki-Duk solamente filmará el irrefrenable
deseo de los seres humanos por hacerse daño a si mismos.
Igualmente disfuncional es el amor que se profesan los
protagonistas de Mud, película
protagonizada por Matthew McConaughey, Reese Witheerspoon, Sam Shepard y el
joven Tye Sheridan. Mud es una
revisión muy libro del clásico de Mark Twain Huckleberry Finn, donde un joven de catorce años ayuda a un
fugitivo de la justicia a salvar su vida y reencontrarse con su amor, causante
de que el personaje principal, Mud, esté en busca y captura. El problema es
que, mientras Mud es sincero, y está dispuesto a pelear por una relación su
pareja pone muy poco de su parte, algo que casi le cuesta la vida a un perdedor
como lo es Mud. La extraña justicia poética que, a veces, marca el ritmo de las
cosas sí colocará a los protagonistas en el lugar que les corresponde.
¿Y qué decir de For
love’s sake (Ai to makoto), de
Takashi Miike? Pues que es una reinterpretación de West Side Story, situada, ahora, en un problemático instituto de
Tokio, en 1972, mezclado con The Warriors
y Class of 1984, eso sí, según la
psique de Miike. Tal y como suele ser habitual, la película hay que verla para
no solo disfrutarla, sino para asumir la endiablada capacidad del director
japonés para reinventar todo aquello que cae en sus manos.
Para no ser menos, el director coreano Park Chan-Wook nos
presentó Stoker, protagonizada por
Mia Wasikowska, Matthew Goode, Dermot Mulroney y Nicole Kidman. En este casi
remake de Alfred Hitchcock de 1943 Shadow
of a doubt, una oscura y esquiva joven verá cómo las enseñanzas de su
padre, mezcladas con el desapego de su madre, y estimuladas por la llegada de
su tío paterno le acaban despertando el instinto de psicópata que su familia
paterna ha tratado de mantener oculto. Película dura, a ratos cansina, pero
visualmente primorosa, tal y como suele ser habitual en las obras del director
coreano, Stoker es lo que parece y
también, lo que no.
Más dura, brutal y extrema es Fatal, película surcoreana dirigida por Lee Don-Ku. La historia,
protagonizada por un joven llamado Sung-Gong, nos lleva hasta el sentimiento de
culpa de quien, diez años atrás, participó en el secuestro y violación de una
joven. Contada como si se tratara de un documental sociológico sobre la
brutalidad del ser humano, Fatal es
una película que confirma lo que, décadas atrás, postuló Joseph Conrad en su
celebérrima novela Heart of darkness.
La facilidad del ser humano para acabar siempre dentro de
las tinieblas, unas tinieblas que han rodeado de una forma u otra la carrera de
uno de los mejores guionistas de la historia del cine, además de ser uno de los
grandes directores de su generación, se puede ver reflejada en el documental Milius, dirigido por Joey Figueroa y Zak
Knutson. Dedicado a la figura de John Milius y su carrera profesional, desde
finales de los años 60, el documental plasma no solo el cambio de guardia entre
los directores de los años 40, 50 y principios de los 60, sino también cómo el
talento de John Milius se ha visto eclipsado por el personaje que él mismo ha
creado de su persona. El documental
sirve, además, para demostrar la ceguera de los ejecutivos de los grandes
estudios de cine, la estrechez de mira de los supuestos críticos y la falta de
sensibilidad del público hacia producciones que lo único que pretenden es
entretener, aunque con John Milius nadie sale indemne de sus historias.
Y frente a todas estas muestras de amor disfuncional hay
películas que demuestran que, todavía, hay esperanza para nuestro cacareado y
escéptico mundo. Una de ellas es Yeh
jawaani hai deewani, película cien por cien Bollywood, y eso no es un
hándicap, sino todo lo contrario. Esta historia de amor juvenil y, luego, más
maduro mantiene el mismo buen pulso del que siempre ha hecho gala el cine
hindú, aunque sin olvidar que estamos en el siglo XXI, que las cosas no son
como antes y que, entre baile y baile, se pueden tocar temas muchísimo más
serios.
No, de Pablo
Larraín Matte, es una muestra de que con valor, coraje, intuición y descaro se
puede llegar a acabar con una dictadura nefasta y sanguinaria, tal y como la
liderada por el sátrapa Augusto Pinochet en Chile. En No se cuenta la historia de René Saavedra (Gael García Bernal), el
director creativo de la campaña del plebiscito que descabalgó al general
Pinochet de la jefatura del estado chileno. Las ideas de René Saavedra lograron
evitar el pasado e insuflaron un aire de modernidad y optimismo que acabaron
por demoler las rancias y caducas pretensiones del régimen dictatorial.
Más simple, entrañable, linda y humana es Wolf Children (Ookami kodomo no Ame to Yuki),
del director japonés Mamoru Hosoda. La trama se centra en las dificultades,
dudas, alegrías y, en definitiva, la gran aventura que supone la maternidad,
visto desde la óptica de una madre con dos niños medio humanos, medio lobos. La
mayor virtud de la película es mostrarnos una realidad con unos personajes
totalmente reconocibles para cualquiera que haya convivido con niños, pues Ame y Yuki son pequeñas criaturas, adorables
en cualquiera de sus facetas, que se comportan como los niños que son. Temas
tan complicados como las dudas que embargan a toda madre acerca del futuro de
sus hijos, el hacerse mayor, y las decisiones que tomar para asegurar la
supervivencia de los vástagos se plasman de una forma sencilla y, a la vez,
bien planteadas, sin que el guion sufra por ello. Wolf Children es una película que todo aquel que se quiera embarcar
en la difícil travesía de ser padre debería ver.
Igualmente hermosa, poética y real es Reaching for the Moon, última realización del director brasileño
Bruno Barreto. En ella se nos cuenta la relación entre la poetisa
norteamericana Elizabeth Bishop, considerada una de las mejores escritoras de
la historia, y la no menos brillante arquitecta brasileña Maria Carlota
Costallat de Macedo Soares, responsable del Parque do Flamengo, declarado
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La película es un canto a la libertad
personal, el amor que no sabe de sexos y al genio creativo de dos mujeres
absolutamente excepcionales.
Termino esta visión de la vigésimo sexta edición del
festival de cine internacional de Helsinki con unas frases del director
finlandés Jan Forsström, responsable de la película Silmäterä, con quien tuve la oportunidad de hablar, en un perfecto
castellano, durante los días del festival. Es
muy importante querer a las personas que nos rodean, sobre todo cuando se trata
de una relación entre una madre y una hija, tal y como sucede en mi película.
El problema viene cuando ese amor se convierte en una obsesión y nos hace ver
fantasmas donde no los hay. Si esto pasa llegará un momento en que el amor se
convierta en pesadilla y no seamos capaces de distinguir la realidad de la
ficción.
Estas frases son el mejor punto y final para un festival
cuyo tema central es el amor, tal y como es el caso de Rakkautta & Anarkiaa.
Quisiera agradecer a todos los responsables del festival,
especialmente a su jefa de prensa Kira Schroeder, las facilidades dadas para
realizar mi trabajo.
© Good Film;
Finecut 2013
© Everest
Entertainment; Brace Cove Productions; FilmNation Entertainment 2013
© Concept
Film; Excellent Film; Kadokawa Pictures; OLM 2013
© Fox
Searchlight Pictures; Indian Paintbrush; Scott Free Productions 2013
© Finecut
2013
© Chop Shop
Entertainment; Haven Entertainment 2013
© Dharma
Productions 2013
© Fabula; Participant Media; Funny Balloons; Canana Films
2013
© Studio Chizu; Mad House; Chukyo TV Broadcasting Company
(CTV); D.N. Dream Partners; Dentsu; Digital Frontier; Fukuoka Broadcasting
System (FBS); Hiroshima Telecasting (HTV); Kadokawa Shoten Publishing Co.; Miyagi
Television Broadcasting; Nippon Television Network Corporation (NTV); Sapporo
Television Broadcasting Company, Toho; Video Audio Project (VAP); Yomiuri-TV
Enterprise 2013
© LC Barreto Productions; Imagem Filmes; Globo Filmes; Globosat
/ Telecine; Teleimage 2013
© Jan Forsström 2013
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