Titan A.E. es una de
esas películas que se estrelló contra la intransigencia de quienes son
incapaces de ver la animación como una disciplina artística tan válida como lo
pueden ser las realizaciones con personajes de carne y hueso.
Dotada de una épica y
de un sentido de la aventura que ya quisieran para si muchas producciones de
género, Titan A.E recupera parte del sentido de la aventura y la sorpresa que
tiñeron muchas de las producciones de
ciencia ficción, en la década de los cincuenta y sesenta del pasado siglo XX.
La historia comienza
cuando una belicosa raza alienígena, los Drej, ataca el planeta tierra y obliga
a la raza humana a dejar el lugar que durante miles de años ha sido su hogar.
Entre los
supervivientes del despiadado ataque se encuentra Cale y su padre, Sam Tucker,
un científico responsable del proyecto Titan. Antes del ataque final de los
Drej, padre e hijo deberán separarse pero no sin que antes el padre le deje a
Cale un anillo como legado, el cual se convertirá, con el paso del tiempo, en
la llave para devolver la esperanza a la raza humana.
Quince años después,
Cale sobrevive como operario espacial en Tau-14 una de las muchas estaciones
orbitales que llenan el espacio, junto con Tex, un alienígena que ejerce de
mentor desde la desaparición del padre del joven.
Para Cale, el recuerdo
de su padre y del planeta tierra es una sólo una nebulosa en su mente y
raramente gusta de recordar aquellos días cuando las cosas eran bien distintas.
Todo cambiará, y de
manera radical, cuando Cale se tope con Joseph Korso, capitán de la nave
Valkiria, amigo de su padre y empeñado de encontrar el proyecto Titan, perdido
desde hace quince años. Sin tiempo para poder pensar la oferta de Korso, por
culpa de un grupo de Krej igualmente interesados en el joven, Cale dejará atrás
su anodina vida y se enrolará en la nave de Korso junto con una variopinta
tripulación compuesta por Preed, Gune, Stith y Akima. La única humana junto con
Korso.
Cuando, tras un periplo
que los llevará a conocer a los alados y místico Gaoul y a ser capturados por
los Krej, Cale y Akima encuentren la nave esquiva nave Titan, escondida entre
los hielos de la nebulosa Andali, ambos entenderán el empeño de los Krej por
destruirla, cueste lo que cueste.
Una vez dicho todo
esto, es fácil reconocer algunas de la influencias que salpican el guión
escrito por Ben Edlund, John Agust y Joss Whedom tales como Star Wars –la
figura de Joseph Korso guarda una gran similitud con el pendenciero Han Solo- o
Battlestar Galáctica, sobre todo en lo tocante a los malosos de turno –los Krej
bien podrían ser primos de los no menos despreciables y beligerantes Cylones.
No obstante, tales
similitudes no son óbice para tachar a la película dirigida por Don Bluth, Gary
Goldman y Art Vitello como un “refrito de situaciones ya vistas” tal y como
algunos sesudos e intransigentes críticos vomitaron durante su estreno.
Cierto es que la
película no fue promocionada como debiera, en especial porque Titan AE era y es
una producción de animación para adultos –no estuvo pensada para un público
infantil-, algo que los distribuidores de países como el nuestro siguen sin
entender y, en similar medida, los espectadores.
Sin embargo, tampoco es
de recibo que los aficionados al BUEN cine de ciencia ficción, fueran incapaces
de ver las virtudes y el sobresaliente trabajo que se escondía tras un proyecto
como este.
Hoy en día, y pasada
más de una década desde su estreno en el año 2000, Titan AE ha logrado un cierto
reconocimiento, sobre todo tras la proliferación de otras películas de animación
pensadas para un público adulto, tal y como es el caso de Wall-e, The
Ilusionist o The secret of Kells, por citar sólo algunas. Aun así, no suele ser
de los títulos que se citan cuando se redacta un artículo de este estilo, en
parte por desconocimiento y en parte por los ya mencionados prejuicios hacia el
cine de animación.
Si se animan a verla,
les recomiendo la versión especial en DVD de dos discos –hoy por hoy, la mejor versión
que se puede encontrar en el mercado- sobre todo por los extras que ofrece y
porque hay una versión española con el doblaje en lengua castelana.
Así, de paso, se
enterarán de cual es el secreto del anillo que le entregó Sam Tucker a su hijo
Cale, nada más empezar la narración y de la estrechez de miras de quienes no
ven más allá de sus obesos ombligos.
Titan
A.E. © David Kirschner Productions; Fox Animation Studios & Twentieth
Century Fox Film Corporation, 2014
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